Soledad en una edad
dificil
Soy una anciana que ya
ni recuerdo que fecha es hoy!
En mi casa no hay calendarios;
y en mi memoria mis días
están hechos una total confusión! Pero
si recuerdo
esos calendarios que colgábamos a un lado del tocador;
de esos ilustrados con imágenes de santos. Que
bonitos eran!!
Pero ya no existe nada de eso. Todo
lo antiguo ha ido
desapareciendo y con tristeza me doy cuenta
que yo también
me he ido borrando poco a poco sin que nadie se de cuenta...
Primero
me quitaron mi recamara que era la más grande,
y
me cambiaron a otra más chica, pues la familia
comenzó a crecer.
Después me pasaron a otra aún
más pequeña que tenía
que
compartir con una de mis biznietas. Y finalmente
terminé
ocupando el cuarto de los trabajos, ese que se encuentra
en
la parte de atrás, en el patio. Cuando
me pasaron ahí, vi que
una de las ventanas tenía un vidrio roto que
prometieron
cambiar pero al parecer se les ha olvidado, y por las noches por
ahí entra un aire helado
que aumenta mis dolores reumáticos.
Aquí ya no soy nada! Pues
desde hace tiempo he querido
escribir pero me he pasado semanas buscando una pluma
y cuando al fin la encuentro y la guardo en algún lugar!
ésta se desaparece, como por arte de magia,
porque
yo estoy segura de tener las cosas pero siempre se
desaparecen. Me he dado cuenta que mi voz
también
ha ido desapareciendo.
Pues cuando les hablo a mis hijos
o a mis nietos! Nadie me contesta! Todos
conversan sin
mirarme siquiera! A
veces intervengo en sus conversaciones
segura de que lo que les voy a decir no se les ha ocurrido y
les va a servir de mucho como una solución, pero no me oyen,
no me miran, no me responden! Entonces con
inmensa
tristeza me retiro sin haberme terminado la taza de café,
según yo lo hago así de pronto, para que comprendan que
estoy enojada, para que se den cuenta que me han ofendido
con su indiferencia y vengan a buscarme, y me pidan perdon,
pero por más que espero y espero! Nadie
viene!
En una ocasión se me ocurrió decirles que cuando me
muriera
me iban a extrañar, entonces el niño más pequeño
me dijo:
“ay abue! acaso
tú
aún estás viva?”;
les hizo tanta gracia a
todos que no pararon de reír, mientras yo me retiré
con mi
alma hecha pedazos de dolor!
Tres días estuve llorando en mi
cuarto hasta que una mañana entró
uno de los muchachos
a sacar una de las llantas viejas y ni los buenos días me
dió. Fue entonces cuando me convencí que
también me
estoy volviendo invisible.
Pues cuando entro a la casa
nadie me habla!
Todos hacen sus cosas!
Los niños corren
de un lado para otro! Pero a
mi, ya nadie me ve!
La otra tarde vi mi oportunidad
de ser útil, cuando mi
yerno se enfermó, le llevé un té
especial que yo misma
preparé, se lo puse en la mesita y me sentá a
esperar a
que se lo tomara, pero como estaba viendo la televisión
ni cuenta se dio de mi presencia. El té
poco a poco
se fue enfriando y mi corazon tambien...
Un viernes al parecer los niños se dieron cuenta que yo
existía, pues me vinieron a decir que al día siguiente
nos iríamos todos de día de campo. Me
puse feliz!!
hacia tantos años que no salía y menos al campo!
Así que el sábado fui
la primera en levantarme
para preparar mis cosas que llevaría! Los
viejos somos
lentos para hacer las cosas y no quería que por mi
culpa se retrasara la salida. Me paré
al lado de la
cochera, para esperarles ahí, lista y feliz
porque saldría
con mi familia!! Desde ahí podía ver como
entraban y
salían de la casa echando bolsas y juguetes al auto...
Cuando se subieron todos, mi
corazón latió fuerte
por la emoción, pues ya solo faltaba yo! Y feliz
avancé
hacia el coche!! Pero cerraron las puertas y a
mi ni
siquiera
me miraron!! El carro pasó muy cerca de
mi
y se desapareció envuelto en el bullicio... Entonces
comprendí que yo no estaba invitada! Tal
vez porque
no cabía en el auto o porque mis pasos lentos impedirían
que los demás corrieran felices por el bosque...
Triste, cabizbaja y abrasando mis cosas que había
preparado;
me regresé
a mi cuarto con pasos lentos.
Sentí clarito como mi corazón se encogía de
dolor!
Mi barbilla temblaba porque ya no podía aguantar
las
ganas de llorar. Me sentí tan sola!
De hecho aunque
ellos estén en la casa yo ya estoy sola!
Ellos ríen,
gritan! Y hacen cosas
importantes. Sueñan,
lloran,
se abrazan, se besan! Yo ya hasta olvidá
el sabor
de los besos. Antes
les daba besos a los bebés y
hasta les cantaba canciones de cuna,
pero hasta eso
me prohibieron! Según por cuestión de higiene...
Me encuentro
meditando mi triste vida de anciana!
Veo que ya a nadie le importan ni mi dolor, ni
mis
lagrimas, ni mis sentimientos! El
único que sabe de
mi pena es nuestro Dios que por el amor que me
tiene, me ha permitido vivir muchos años, lo cual le
agradezco infinitamente! Sin
embargo, le diré que así
como me ha amado, también tendrá que
perdonarme,
porque yo ya no quiero seguir viviendo!... Sé
que
el está muy ocupado con los problemas del mundo,
y creyendo que vivo feliz con mi familia, no ha
querido llamarme! Así
que le daré una ayudadita!
Solo le pido que me perdone por lo que voy a
hacer!
Ya tengo en mis manos el frasco de pastillas que
me
voy a tomar y no lo soltaré para que no se me
pierda!
Lo haré en la sala para que me encuentren pronto...
Perdóname Dios Mío!
Perdóname por esto que voy a hacer!!
Y perdónalos a ellos para que cuando lleguen a
ancianos,
nadie los trate mal como lo han hecho
conmigo!!
Y ponles en sus manos el
dinero que necesitarán!
Para... Para mi ataud!...
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